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De: "Santiago Merino" <vozdeestrellas@concienciaplanetaria.es>
Título: LA MUERTE NO EXISTE // RECUERDA
Fecha: Thu, 17 Dec 2009 16:10:16 +0100
Para: <ummo@hispavista.com>
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LA MUERTE NO EXISTE

Sixto Paz

 

?Qué es la vida, un frenesí. Qué es la vida, una ilusión;
Una sombra, una ficción. Que el mayor bien es pequeño,
Que toda la vida es sueño. Y los sueños, sueños son?
(Calderón de la Barca)

Un hermoso bebé robusto ha fallecido en su cuna. Se ahogó mientras dormía con su propio vómito. Una anciana fenece dulcemente en su casa a una edad avanzada, y con una dulce sonrisa, mientras sus parientes agolpados a su alrededor contemplan su último suspiro. Un joven regresa de su fiesta de graduación la cual ha disfrutado enormemente al lado de sus compañeros, y la moto en que viaja se sale de la carretera al evitar a un camión que irresponsablemente trataba de adelantar a otro en una curva. Su muerte fue producto de los golpes, violento y rápido. En un hotel, un alto ejecutivo que se encontraba solo en la ciudad para un asunto de negocios, sufre de un repentino infarto, que lo deja sin vida después de breves minutos de un desgarrador dolor en el pecho. Una joven adolescente expira luego de una larga y penosa enfermedad que la había postrado en cama, consumiendo lentamente la mayor parte de su corta existencia. Un hombre deja una breve nota sobre su escritorio, y toma entre sus manos un arma adquirida por razones de seguridad, tiempo antes. Apuntando hacia su boca, jala el gatillo y se suicida luego de una imprevista quiebra financiera. Una hermosa joven mujer abandona el consultorio de su médico con una gran sonrisa, sabe que está esperando un bebé. Camina envuelta en sus pensamientos, que la trasladan hacia su esposo, que la ama, y que la verá más tarde ni bien llegue de la oficina; pero esto se ve interrumpido cuando ella muere asesinada en el estacionamiento por una bala disparada por un delincuente.

En la vorágine de acontecimientos que se dan en nuestra vida y alrededor de ella, hay veces que percibimos sutilmente la existencia de un Plan que lo tiene todo previsto. Y sin embargo, en otras ocasiones, pareciera que estamos sometidos a las inclemencias de la casualidad; a la acción desordenada de fuerzas que juegan con nosotros como un humilde pedazo de madera arrastrado por las poderosas corrientes de un río caudaloso contra el cual no podemos oponernos.

Sin embargo, ciertamente que hay un destino, una programación o acuerdo previo antes de nacer, en el que se nos compromete o nos comprometemos voluntariamente a hacer tal o cual cosa en la vida material; a lograr tal o cual objetivo o meta. O por lo menos intentarlo.

Todo cuanto se le asigna al individuo o se permite que le ocurra, aún lo más violento, está dispuesto para ayudarlo en su superación. Precisamente dependiendo de cómo enfrente la vida y las dificultades, ó como haga uso de las  facilidades que se le presenten dependerá su avance y crecimiento espiritual. En éste sentido la Muerte es sinónimo de cambio en un universo dinámico de transformación continua. La muerte no existe realmente como el final último de la vida, porque es simplemente un paso más, un cambio de traje, una iniciación a manera de investidura.

El ser humano en la vida es como un actor en una obra teatral, una vez que finaliza, el actor marca la distancia entre el personaje que le tocó vivenciar, y su individualidad como actor. No podemos identificarnos demasiado con el personaje, porque es meramente útil y transitorio. Y a un papel, le sigue otro y otro. En otro ejemplo la Muerte es como el examen final del curso escolar. Si uno ha estudiado, será algo fácil, sencillo, y nada complicado; tendrá unas lindas vacaciones y estará mejor preparado para el próximo año. Pero si uno no estudió durante el periodo que correspondía, saldrá desaprobado y tendrá que repetir el grado.

Ante la pregunta ¿por qué hay que morir? primero tendríamos que preguntarnos: ¿Por qué y para qué vivimos? Y si todo es aprendizaje ¿Un aprendizaje de qué y hacia qué? ¿Por qué al concebir nuestros padres fuimos nosotros los que llegamos y no otro? ¿Elegimos o fuimos elegidos? ¿Somos el producto del azar o de un destino predeterminado? ¿Cuál es el propósito de la vida más allá de la supervivencia de la especie? Buscando respuestas, tendríamos que hacer una inmersión dentro de cada uno donde esta toda la sabiduría acumulada.

Por lo mismo que somos creados, tenemos la capacidad de crear. Si uno no tuviese la oportunidad de llegar a conocer la esencia divina que hay dentro de cada cual, no podríamos llegar a conocer a Dios y sería un inútil camino sin regreso a casa. Por ello, hemos venido a conocer y a ser conocidos, que es lo mismo que decir que hay que recordar.

Si uno no muriese, si no tuviéramos un plazo, no valoraríamos la oportunidad que nos concede la vida para llegar a darle su justo valor a las cosas. Y es que todo tiene un tiempo y un margen para ser realizado. Cada plazo, como cada vida, es una oportunidad de realizarlo de tal o cual manera; experimentando y perfeccionamiento. Es un juego cósmico de alternativas, en dónde vamos ensayando diversas formas. Una aventura de crecimiento.

¿Pero somos acaso el  juguete de alguien? ?De ninguna manera, nadie está jugando con nosotros. Somos el producto de un acto de amor, no sólo de nuestros padres, sino de la vida misma. Nadie quiere nuestro sufrimiento, ni hemos nacido para sufrir, sino para aprender y crecer en conciencia. Es cada uno el que tiene que aprender a jugar sin trampas,  disponiendo adecuadamente  su propio juego, jugarlo y disfrutarlo.

Decidiendo sobre nuestra vida.

¿Hemos tenido alguna participación en la decisión sobre nuestros nacimientos y sobre lo que será nuestra vida? ?El orden de la energía en el universo apunta hacia la existencia y la perfección por la experimentación continua a través de las formas. A mayor conciencia mayor injerencia en la organización de nuestra aventura de vida y muerte, de nacimiento y renacimiento. Al principio uno no tiene la capacidad ni la posibilidad de decidir, porque es como el niño que es enviado por sus padres al colegio. Lo envían, considerando que es lo mejor para él, sin siquiera haberle consultado su parecer, por cuanto ellos saben que esa educación le permitirá algún día tener la capacidad de optar por sí mismo, el  cómo enfrentara las siguientes etapas. Así cuando éste niño crece, y llega a la adolescencia y a la juventud, se le debe ir dando un margen cada vez mayor como para que pueda decidir  por el mismo su futuro.

Los ?Señores del Karma? ó ?Guardianes del Destino? (que son unas entidades espirituales que rigen los nacimientos y encarnaciones), son los que asumen la condición de nuestros padres espirituales, dictaminando las circunstancias en las que vendremos a la vida, hasta que nuestro avance evolutivo nos permita negociar o decidir las condiciones de cada existencia.

A mayor avance evolutivos mayores serán nuestras posibilidades de intervenir en la programación de nuestras existencias.

La vida es una experimentación. Si uno sale reprobado en tal o cual aspecto o curso -por así decirlo-, deberá repetirlo hasta que lo supere. Pero no es un castigo, sino una nueva oportunidad.

Es cierto que existe una Ley de Causa-efecto, que hace que uno viva en carne propia las consecuencias de sus actuaciones buenas o desacertadas; pero el propósito no es hacer sufrir a nadie sino el crecer en conciencia.

Todos tenemos que pasar por todas las experiencias humanas, de tal manera que en una vida seremos hombres y en otra mujeres (porque el espíritu no tiene sexo); en alguna seremos pobres y en otras ricos; en alguna sanos y en otra enfermos; y así todas las posibilidades para que aprendamos a ser solidarios unos con otros.

Una hora marcada para Morir.

Todos tenemos un destino, que es parte de la programación que dispone cuando naces y cuando te vas. Pero se puede modificar. Todo puede variar dependiendo del nivel de conciencia que desarrolles y de cómo enfrentes la vida. Por ejemplo: un suicida puede morir antes de la fecha que estaba prevista, renunciando con ello a la oportunidad que le daba la vida para crecer y evolucionar. Esto es, que no estaba previsto que se suicidara. Esa fue su opción.

Y lo más seguro es que lo hiciera mucho tiempo antes de la fecha que se había dispuesto para su partida. Otro ejemplo: una persona que esta tratando de cambiar y de ser mejor, ó alguien muy comprometido con el amor y el servicio a los demás, llega a  morir. Pero en el momento del tránsito ve asomarse a través de un túnel de luz, a un ser celestial o a un pariente que le inspira confianza, que le hace saber que se le va a   prolongar el plazo, terminando por vivir unos años más por cuanto lo estaba haciendo bien. En ese mismo momento, la persona increíblemente es recuperada por los médicos, que ya la daban por perdida.

No hay nada definitivo. Por eso es que existe libre albedrío, para demorarnos más o menos en hacer lo que debemos hacer, creciendo y madurando en conciencia.

 

Pero ¿a qué podría deberse el gran temor que se le tiene a la muerte?

A la ignorancia y al olvido del que somos víctimas, por haber olvidado las leyes universales, entre ellas la de Causa-efecto, y también nuestro proceso individual. Por ello es importante que nos esforcemos en profundizar el autoconocimiento, y con ello recordemos que la muerte es una vieja conocida, y amiga, no enemiga, de la que hemos aprendido mucho y muchas veces.

No hay nada que temer... Nada llega antes si uno no lo busca. Pero si nos comprometemos en darle sentido a la vida, nuestra labor no será desaprovechada por las jerarquías superiores, y  durará todo lo necesario para cumplir su objetivo que es nuestra realización progresiva.

La Muerte es como el   examen a final de curso. Si uno ha estudiado, será algo fácil, sencillo, nada complicado, tendremos unas lindas vacaciones y estaremos mejor preparados para el próximo año. Pero si uno no estudió durante el periodo que correspondía, lo más seguro es que saldrá desaprobado y tendrá que repetir el grado.

Como el tiempo realmente no existe y más bien está sujeto a formas mentales, dependiendo de la dimensión de conciencia que se ha venido obteniendo producto de la mejor o peor respuesta que hemos dado  a los estímulos externos e internos, una mayor o menor vibración es interpretada por  los Guardianes del Destino, como base para establecer el tiempo de vida de alguien, el espacio de vida temporal necesarios para que transcurran y se den las circunstancias adecuadas como para que dicha persona pueda crear a su alrededor la ambientación  propicia  para conocerse a sí  misma y superarse.

Si la persona no se da ella misma la oportunidad, y más bien la desaprovecha, tendrá que volver una y otra vez bajo circunstancias similares, pero quizás cada vez tenga menos tiempo para lograr lo mismo; o se le exija más en períodos más cortos.

No depende de la cantidad de años el valor de una existencia, sino de la calidad y riqueza de dicha existencia. La existencia es tanto más valiosa, cuanto más útil sea para los demás.

Todo en la vida es dual, y depende cómo uno la enfrente para que se oriente hacia lo constructivo o lo destructivo. Todo en la vida es una cuestión de actitud. Lo que para una persona pueden ser grandes trabas y limitaciones para otro puede ser un reto o una gran oportunidad parta desarrollar sus capacidades.

Si bien es cierto que todo depende de la actitud frente a las cosas, no podemos negar algo que es un hecho en el universo: la ley de Causa y Efecto. Esta ley nos enseña que por cada acto, palabra o pensamiento positivo o negativo generaremos una reacción alrededor nuestro, que en su momento se manifestará como consecuencia. Esto es lo mismo que decir: ?uno cosecha lo que siembra, tanto en ésta como en las demás existencias?... Por eso en vuestras escrituras sagradas se dice: ?Has con otros cómo quisieras que hicieran contigo, y no hagas a otros lo que no  quieras que hagan  contigo?.

Tomemos como  analogía una escuela. Hay ocasiones que en determinado curso coincidimos en el mismo salón de clases con determinados alumnos como compañeros o compañeras, y con tal o cual profesor. Eso no es producto de la casualidad. Se puede explicar de muchas formas, como por ejemplo: que proceden de un mismo estrato social y económico; que son vecinos o viven en una zona adyacente; que  ingresaron  en la misma época a esa casa de estudios; o que comparten afinidad de intereses; o que están siguiendo la misma carrera para realizar lo mismo en la vida, etc.

Así como  el destino o karma debe entenderse como un proceso de aprendizaje, así también la enseñanza nos dice que no existe posibilidad de crecer internamente sino es a través de los demás.

Cada persona a nuestro alrededor, tanto más cercana o más lejana es como un maestro para vosotros, tanto de lo bueno como de lo malo. Debemos estar atentos para extraer la mejor enseñanza de nuestras relaciones humanas.

Debemos de estar abiertos a aprender de todo y de todos, pero sin que esto signifique darles oportunidad a los demás como para que nos hagan daño. Nuestros parientes no están a nuestro alrededor para perjudicarnos o para hacernos la vida imposible, sino para fortalecernos y a la vez para crecer juntos; superándonos cada día. Nadie está a nuestro lado para estorbarlos sino para que aprendamos de ella y a la vez le enseñemos.

Cuanto más tratemos de huir de ciertas responsabilidades más veces volveremos a ellas. Nada ha sido dejado al azar, por algo estamos donde estamos; en el lugar y con las personas con las  que convivimos, y convenimos previamente. Tratemos de aprovechar esa oportunidad descubriendo el por qué de todo ello; y haciendo lo que se espera de nosotros. Porque nada es para siempre, y cada situación es una oportunidad de crecimiento que no debe ser desaprovechada. No esperemos perder a nadie para empezar a valorarlo o para valorar a todos los demás que a están a nuestro alrededor.

Todo está sujeto como dijimos, a un destino, a un plan de vida. Como nada está dejado al azar ni es inamovible, debemos modificarlo sobre la base de una  fuerza de voluntad firme y mediante una conciencia despierta.

Somos la consecuencia de nuestras vidas pasadas, sujetos a un largo proceso de aprendizaje y crecimiento evolutivo.

El destino es el programa de actividades existenciales previstas para el desarrollo y avance evolutivo del ser. Existe para nuestro beneficio y no para  perjuicio de nadie.

La intención del destino no es otra que la de  hacer que todos  tengan  un mismo punto inicial de partida, y que puedan alcanzar una trascendencia futura  basándose en el esfuerzo individual, y al ritmo que cada uno aplique.

 

Quienes se encargan de establecerlo y hacerlo cumplir son como dijimos antes, los llamados ?Guardianes del Destino? (Señores del Karma). Ellos al igual que el director de un colegio, tienen elaborado el programa de cursos (un sistema  curricular) y actividades a desarrollarse según el grado escolar de cada cual.

Cuanto mayor sea nuestra edad evolutiva, que es lo mismo que decir a mayor madurez y conciencia a lo largo de las distintas existencias, tanto mayor margen como para escoger las condiciones de cada nuevo nacimiento y de lo que será cada existencia futura.

El destino establece el período de duración del proceso por el cual el individuo puede realizar el aprendizaje relativo a la presente existencia. Esto no quiere decir que la persona no pueda morir antes de esa fecha o después de esa fecha, porque el destino reiteramos no es algo inamovible. Por ejemplo: si al final de una vida de realizaciones personales al servicio de otros, como puede ser también su propia familia, la persona no había acabado con la  misión asignada, pero estaba a punto de lograrlo, se le puede dar una ampliación de plazo, o otorgarle una existencia breve  bajo condiciones muy similares, para culminar lo comenzado.

En el primer caso, la persona viviría lo que se ha denominado: ?Una experiencia de Vida después de la Vida?. Y aquel ser de luz al final del túnel observado durante el trauma del desprendimiento, y que muchos identifican con Jesús o con un ángel ó con familiares, no sería otro que alguno de los Guardianes, esperándolo a uno para recibirlo o darle indicaciones. En el segundo caso, podría tener una nueva vida, pero breve e intensa.

Con respecto a la cantidad de años que uno vivirá, esto es muy relativo porque bien sabemos que no depende de la cantidad sino de la calidad en la vida para hacer más o mejores cosas por uno y por los demás, que puede extender o reducir el período de aprendizaje. Pero según el caso podría deberse a la cantidad de tiempo pendiente de vidas pasadas o a la necesidad de mayores oportunidades de compartir con otros, las cuales no debemos desaprovechar.

En cuanto al tiempo que uno se demora  para encarnar entre una existencia y otra, esta se mide más o menos, por  la misma cantidad de años que vivió; o  sino hasta un margen de doscientos años entre una vida y otra. Aunque en la actualidad por la sobrepoblación mundial y los requerimientos evolutivos planetarios, mucha gente se demora muy poco tiempo para volver; volviendo algunos a encarnar al año de haberse ido.

Supongamos un ejemplo: un joven se suicidó a los veinte años por una fuerte depresión, pero él iba a vivir según su destino cincuenta años. Ese era el tiempo asignado como para que su vida incluyera ciertos viajes y experiencias de compartir con mucha gente; pero todo ello se frustró. Esa persona tendrá que aguardar los treinta años que le faltó vivir en una dimensión frontera con el mundo físico, que es el llamado: ?Bajo Astral?. Y cuando vuelva a encarnar, vivirá sólo los treinta años que tenía pendientes.

Eso explicaría el por qué hay gente que muere al rato de haber nacido o al año, o de forma súbita. Hay gente que se suicida lentamente a través del alcohol, las drogas, el tabaco, y el consumo de todo tipo de estimulantes. Esa gente puede estar falleciendo un año, un mes o un día antes de la fecha prevista inicialmente; y ese sería el pendiente que tendría que vivir después, ósea la diferencia restante.

Pero  a pesar de que  el proceso de evolución es personal e intransferible, nos  afectan los  procesos individuales de los otros, porque el ser humano evoluciona interactuando con los demás. No hay evolución aislada. Y están dispuestas las cosas como para que no sólo evolucionemos en función de cómo enfrentamos las circunstancias que nos afectan directamente, sino que también las que lo hagan  indirectamente, a través de los más cercanos a  nosotros.

Recordemos que parte importante del proceso evolutivo es cuando dejamos que el amor nos afecte a través de la solidaridad, la caridad y  la compasión. Y recordemos también que cuando alguien a nuestro alrededor fallece, no debemos permitir que lo mejor de nosotros muera con esa persona, sino que lo mejor de esa persona viva con nosotros y nos inspire para seguir adelante. Que nuestra vida sea el mejor homenaje al recuerdo de quienes nos precedieron.

Sixto Paz Wells

 

LA MUERTE NO EXISTE

 

Nacer es morir y Morir es nacer

 

Todos los dias a las cuatro de la tarde era la hora de visita en el Hospital. Mi hijo David, mi esposa y yo nunca faltábamos a la cita. A las cuatro en punto encaminábamos el pasillo que nos conducía a la habitación de la abuela Telesfora. Estaba prohibido pero cada día la llevábamos alguna golosina que ella se encargaba de consumir sin que fuera vista por las enfermeras. Mi abuela era una señora muy alegre que padecía una enfermedad tumoral desde hacía varios años. Dos veces la dieron los Santos Oleos, pues otra cosa no tendria, pero su fe católica........ no se la quitaba nadie. El capellán la visitaba frecuentemente y ya eran muy amigos. Los médicos no sabian que hacer con ella, pues la ciencia no tenia nada nuevo que decir sobre su enfermedad."

- Moriré cuando Dios quiera, y no cuando digan los médicos, " decia ella muy convencida.

- ¡Muy bien abuela, así me gusta, el ánimo que no decaiga!

Y....... cuando nadie se lo esperaba, pues el dia anterior se encontró muy alegre y a gusto, me llaman al trabajo que la abuela había fallecido. Una lágrima recorrió mi mejilla, pues se juntaban dos cosas: dolor por su pérdida, y alegría porque ya dejaría de sufrir. Dejo el trabajo y sorteando atascos me presento en el Hospital, donde me encuentro con otros familiares, pues la abuela era muy querida y nunca estuvo sola.

David lo sintió mucho más. Lloró amargamente la muerte de su abuela y no quería que nadie le consolara.

Por la noche vino el interrogatorio. No quería que le contara ningún cuento. No estaba para cuentos.

 

- Papá, ¿porqué se ha muerto la abuela?

            - Ya no volverá, ¿verdad?

- ¿Estará en el Cielo?

- ¿Porqué nos tenemos que morir? Yo no me quiero morir.

- ¿La cuidará alguien en el Cielo?, estaba muy malita.

- Habría sido mejor que hubiera muerto después de curarse.  

- ¿Hay médicos en el Cielo?

- ¿se ha llevado las medicinas?

 - A ver si no van a saber lo que tiene y se pone peor.

 - Allí no podremos ir a verla, ¿verdad?

- ¡Bueno, bueno, bueno!,  ¡para, para hijo!. No me preguntes tantas cosas a la vez. Ya se me ha olvidado la primera pregunta.

   iAh! sí, que porqué se murió la abuela.

 - Mira, hijo, la abuela y todos los que mueren, lo hacen porque llega un momento en que han terminado las cosas que tienen que hacer en esta vida. Además a la abuela ya no le servia el cuerpo que tenia pues estaba enfermo, y ella estaba cansada. De vez en cuando hay que ir a descansar a otra dimensión para preparar el siguiente programa para la siguiente encarnación. La abuela no ha muerto, simplemente ha cambiado de trabajo. ¿Recuerdas el otro dia que estuvimos en el campo y vimos la camisa de una culebra? ¿Recuerdas lo que te dije?

- Si, que la culebra había cambiado la piel, o sea la envoltura externa. La culebra seguía viviendo, pero dejó en el campo su camisa.

- Muy bien, hijo.

 - Digamos que el Cuerpo de la abuela es la camisa y el Alma o Espíritu es la abuela Telesfora. La abuela sigue viviendo, simplemente dejó la camisa en esta dimensión y ella se encuentra vivita y coleando en otra dimensión. Nosotros no la podemos ver, pero ella a nosotros si. Seguramente está cerca de nosotros en este momento y no la percibimos.

Mira, te contaré un sueño que tuve hace muchos años cuando tenía las mismas dudas que tu, mi papá no me daba contestaciones que me convencieran demasiado.

Recuerdo que en ese sueño  enfermé y morí; pero no era cierto, estaba vivo, paseaba por las habitaciones, traspasaba los tabiques y los techos, podía volar. Era fantástico, no me dolía nada, me sentía muy a gusto, era feliz.

Podía ver a la gente, pero ellos no me veían, podía pasear con la gente, pero ellos no sentían mi presencia. Sin embargo lo que veía era muy real. Era tan real como la vida misma. Vi un señor con barba y bigote y sentí la tentación de tirarle de la perilla, pero no podía, mis manos se metían dentro de su cabeza y él ni se enteraba. Sentí la tentación de tocarle los pechos a una guapa señorita, pero la sensación era como si tocara al aire. Podía pasar a través de los cuerpos.

- Papá, pero qué golfo eres. Con que tocándole los pechos a las señoritas ... Se lo voy a decir a mamá.

- Oye, lo que te estoy contando es un secreto entre tú y yo, si se lo vas a contar a mamá, no sigo.

- Bueno, sigue, no se lo contaré. Pero eres un golfillo.

- ¿Ves?  - Ya no sé por donde iba.

- Que podías pasar a través de los cuerpos.

- ¡Ah!, si. Pues mira, me encontré con otras personas que  estaban en la misma situación que yo y nos pusimos a jugar. En un instante cruzábamos los mares, subíamos a las montañas, nos metíamos a los cines sin pagar, era muy divertido. Recorrimos casi todo el planeta en un instante.

No estábamos sujetos al tiempo ni al espacio, era fantástico. Era una sensación maravillosa. Sin embargo llegó un momento en el que sentí que debía cruzar este lugar, esta situación, este estado de consciencia para encaminarme hacia otro lugar, sentí como si alguien me acompañara y me dijera que ya estaba bien de jugar, que le siguiera. Así lo hice y me acompañó a otro lugar en otra dimensión.

 

- ¿Cómo era ese lugar?, dice David.

 - Al dejar la anterior situación, la sensación es que pasas a otro mundo. Un mundo de Luz. Una luz indescriptible. Es una luz cálida, amorosa, potente. No daña a los ojos. Pero lo más hermoso es que al llegar, eres recibido por entidades que tú conoces y que han sido importantes en tu vida. Han sido muy queridas. Me encontré allí con mi padre, familiares y amigos y otras personas que no conocía, pero que también me transmitían mucho amor. Tu, David, no sabes qué es un orgasmo, pero para los que lo que si lo saben les diré que era como un orgasmo contínuo de Amor Celestial. Algo para lo que nuestros idiomas no tienen palabras. Simplemente indescriptible.

- Espera, papá, ¿Qué es un orgasmo?

- Te he dicho que no me lo preguntes.

- No me lo has dicho.

            - David, ¿quieres que continue con el cuento o no?

            -  Está bien, papá, continua.

Mira, hijo, tu ¿te imaginas un mundo en el que todo es amor?

 - No.

- Pues ese lugar al que vamos después de morir, es así. Luz y Amor. Allí nadie te juzga. Todos te quieren con locura. El dia que llegas se hace una Gran Fiesta en la que se celebra el regreso del Hijo a Casa.

¿Te ha gustado?

- Si. Mucho. Oye, y??

- ¿Allí estará la abuelita?

- Con toda seguridad.

- Bueno, pues ya me quedo más tranquilo.

Y ... papá, donde está la abuelita ¿Qué se hace?

- Pues, eso no me lo mostraron, pero estoy seguro que se estudia, se juega, se descansa y se prepara la siguiente encarnación.

- Bueno, hijo, mañana más.

 - Mañana me contarás eso del orgasmo?

 - ¡ A dormir y callar!.

 - Un beso

 - Hasta mañana papá

 - Que descanse, hijo.

 

 

Onirem Ogaitnas

 

 

Recuerda

(Por Julio Andrés Pagano)

Tu corazón está abierto y vibra en la luz del amor.

Siente cada palabra. Este mensaje es orientado por la divina fuerza de los seres que aún no ves, pero sabes que te sienten, te aman y te escuchan. Su luz recorrerá tu interior para aumentar tu confianza. Eres un reluciente espíritu que vehiculiza la frecuencia del amor. Vives una experiencia humana que te permite evolucionar despertando corazones. Estás aquí para brillar y así anunciar que comenzó la era luminosa. Bella es tu tarea. Recuerda

La vibración que emana cada una de estas líneas conmoverá tu corazón. Su energía tiene la gracia de hacer que tus ojos trasciendan la ilusión. Estás de paso. No lo olvides. Tu estadía en la Tierra es temporal. El verdadero desafío consiste, ahora, en no renunciar a la pureza de tu alma. Son pocos los pasos que restan, pero muy intensos y desgastantes. Confía. Todo pasa. Retornaste para inspirar, transformar y liberar. No temas. Te auxilian.
 
No eres el único al que le gustaría tener un libro de instrucciones al cual ajustarse para evitar caer en el juego de las dudas y los miedos que propone la mente. Estás bien encaminado. No te preocupes. Pase lo que pase, conduce tu mirada hacia tu diáfano cielo interno. Tu corazón te habla. Escúchalo. No dejes que te aplaque la densidad de quienes optan por vivir en la esclavitud de la inconsciencia. Tu verdadera esencia es luz.
 
Hay veces que sientes que tu firmeza tambalea ante la falta de certezas. Es ahí cuando más aflora la necesidad de contar con un guión que permita desterrar los cuestionamientos. No existen mapas que señalicen tu camino. Lo sabes. Los alineamientos no son físicos, laten en tu interior. Así fue acordado para desarrollar habilidades que potencien la magia de tu vuelo dorado. Persiste. Puedes. Somos peregrinos. No hay cansancio capaz de marchitarte.

No te preocupes por la magnitud del caos, es sólo transformación. El cambio es una realidad que todo tu Ser aplaude. Gracias por la luz de tu permanente entrega. Humanizar es una labor profunda, que requiere de una cristalina cuota de valentía y compasión. Tus acciones se sienten, no se cuantifican. Estás acompañado, pulsa bajo el fulgor del amor. Maestro eres, tu presencia ilumina. Te abrazan. Te honran. Este es tu momento. Recuerda.

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